Cómo hacer una introducción que despierte el interés

Cómo hacer una introducción

Atrapar a tu lector en los primeros párrafos de los textos de tu blog es fundamental para que continúen con la lectura. Necesitas despertar su interés sobre lo que se van a encontrar a lo largo del contenido.

Por este motivo, te vamos a dar las claves sobre cómo hacer una introducción que llame la atención de los usuarios que visiten tu blog o e-commerce. Así, evitarás que abandonen la lectura a la primera de cambio (disminución de la tasa de rebote) y conseguirás que lean todo el texto que les ofreces (aumento del tiempo de permanencia).

Tipos de introducción elementales

Existen diferentes tipos de introducción que puedes utilizar en tus textos para lograr diferentes efectos en el lector. Toma nota:

1. Introducción narrativa

Es un tipo de introducción que comienza narrando una historia o situación para conseguir que el lector se enganche desde el primer momento. Esta historia puede ser del propio autor o de un tercero, pero debe tener un gancho, algún componente interesante para que el lector quiera saber qué pasa después.

2. Introducción educativa

Esta introducción, también conocida como retórica, comienza con una pregunta o planteamiento que, al ser resuelto, resume el objetivo del texto.

3. Introducción persuasiva

El objetivo de esta introducción es convencer al lector sobre una determinada cuestión. Está basada en los tres elementos claves de la retórica de Aristóteles (cómo se presenta el discurso o ethos, cómo se empatiza con el lector mediante emociones o pathos, y la forma de argumentar para que el lector se sienta identificado o logos).

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Cómo hacer una buena introducción

Hemos recopilado una serie de recomendaciones muy útiles para que puedas redactar buenas introducciones en los textos de tu blog o incluso en las descripciones de las fichas de productos de tu tienda online.

Sitúate en el lugar del lector

Una de las claves para conseguir una buena introducción es ponerse en el lugar del lector. De esta manera se pueden abordar los primeros párrafos del texto introduciendo conceptos e información que realmente sean de su interés. Así, conseguiremos que el lector consuma todo el contenido que le ofrecemos.

Por ejemplo, si hablas de una herramienta tecnológica para empresas, puedes empezar definiendo el entorno del mercado donde las nuevas tecnologías y la digitalización son fundamentales.

Situarse en la piel del lector no es sencillo si no se define antes el perfil de usuario al que se dirige tu sitio web, así que no te saltes este paso fundamental.

La primera frase es muy importante

Para optimizar bien una introducción debes prestar especial atención a la primera frase, ya que determinará el tipo de introducción que vas a redactar.

Existen diversas técnicas para aplicar en la primera frase de un texto, desde las más agresivas con sentencias o declaraciones polémicas, pasando por el uso de preguntas que interpelan al lector, la utilización de citas o la definición de conceptos.

Definir una situación

Al crear un entorno concreto o situación determinada en la introducción, el usuario sabrá de forma más precisa la temática que abordará el artículo, por lo que, si realmente es de su interés, leerá el resto del texto.

Definir una situación es una de las técnicas más interesantes a la hora de realizar una introducción, ya que consigue generar un interés real en el lector.

Concreción (ir al grano)

En muchas ocasiones la mejor introducción es aquella que define perfectamente el cometido u objetivo del artículo. Esto funciona, sobre todo, en textos donde se definen conceptos o donde se abordan temas nuevos que no conocen muchas personas. En estos casos, ir al grano y desvelar desde el principio las claves del texto hará que el lector quiera más información y siga leyendo.

Recurrir a una historia

En este tipo de introducción se mencionan acontecimientos que ya han ocurrido y que tienen influencia o son la causa de la temática a abordar. Así se involucra al lector desde el comienzo y se despierta las ganas de seguir profundizando en la temática.

Alusión personal

En la introducción se intenta involucrar al lector con la temática a tratar, haciendo que la lectura le resulte algo familiar y que la temática sea de su interés.

Utilizar frases del tipo “si eres amante de la fotografía, seguro que conoces…”, donde se persigue que el usuario se sienta parte importante del contenido.

Exposición metodológica

En este tipo de introducción se comienza aportando información sobre cómo se ha abordado la preparación del texto y de qué fuentes bebe.

Un ejemplo habitual de la exposición metodológica es mencionar los estudios o las entrevistas en las que se basa el texto para generar mayor interés en el lector.

 

Hemos hablado sobre cómo hacer una buena introducción para atrapar al lector y conseguir que permanezca más tiempo en tu sitio web. Te habrás dado cuenta de que una buena introducción es clave para que los usuarios sientan interés por lo que propones en tus artículos, y son una herramienta fundamental para aportar valor y evitar que abandonen la web en busca de contenido más interesante, conciso o atractivo.